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Fiestas y Encuentros
Fiesta del Tinkunaco, La Rioja.
Una ceremonia rememorando la paz entre los Diaguitas y los españoles que
ya lleva más de 300 años realizándose.
El Tinkunaco, voz quechua, que significa encuentro, fusión o mezcla, es
la fiesta que se celebra en la ciudad de La Rioja entre el 31 de diciembre y el
3 de enero.
En esta fiesta, los riojanos reviven los acontecimientos sucedidos en la
Pascua de 1593: cuando los diaguitas, agobiados por insufribles tratamientos
impartidos por los españoles, no soportaron más su trato y resolvieron atacar
la ciudad.
Las armas apostadas en el fuerte de Las Padercitas fueron insuficientes
para resistir el ataque de más de 9000 pobladores originarios conducidos por 45
caciques de otros tantos poblados.
Según cuenta la historia, ante esta situación los españoles recurrieron
a los oficios de San Francisco Solano, quién logró restablecer la paz yendo al
encuentro de los aborígenes mientras tocaba su violín y, llevaba una imagen del
niño Jesús. A partir de entonces, la imagen fue conocida como la imagen del
Niño Alcalde.
Los padres Jesuitas tuvieron la ocurrencia de realizar una ceremonia
religiosa que recordara estos hechos cada 31 de diciembre, a las 12 horas, día
en que era costumbre cambiar las autoridades españolas del lugar.
El día 31, una procesión sale desde el templo de San Francisco de Asís
integrada por los AILLIS (cofradía en que se organizaron los diaguitas), devotos
del Niño Alcalde (Jesús Niño), que portan su imagen en la procesión.
Los AILLIS (voz quechua que significa triunfo, victoria) llevan una
especie de escapulario que les cubre el pecho y parte de la espalda, adornado
con dijes y espejitos y en la frente, una vincha de la que penden hacia atrás
cintas coloradas.
Los preside el Inca (cargo renovado hereditariamente) que canta al
compás de su caja y del arco un antiguo himno. Estos elementos responden a los
que usaba el Inca del Perú.
Desde la Iglesia Catedral parten los ALFÉRECES (cofradía en la que se
organizaron los españoles). Sobre su traje de día, visten una banda sobre el
pecho y la espalda del hombro izquierdo al derecho, y portan una bandera tomada
en forma de globos como bandera arriada en tiempos de paz. Están presididos por
el Alférez Mayor (cargo electivo que se renueva todos los años) quién es
acompañado por 12 Apóstoles y 12 Aspirantes con sus correspondientes
estandartes.
A las 12 en punto se produce el
"Tinkunaco" o “Encuentro” de ambas procesiones frente a la Casa de
Gobierno. La imagen de San Nicolás, con todo el pueblo reunido, se arrodilla
tres veces frente al Niño Alcalde, reconociendo en él, al Señor, mientras los
AILLIS entonan sus cantos tradicionales.
Luego, el Niño Alcalde es llevado a la Catedral, donde permanece tres
días.
El día 3 de enero, frente a la Casa de Gobierno, San Nicolás despide al
Niño Alcalde, cuya imagen es devuelta al convento de San Francisco mientras que
la de San Nicolás retorna a la Iglesia Catedral, dedicada a San Nicolás de
Bari, patrono de la diócesis.
Un motivo más de atracción son las carreras a caballo que, como un
homenaje a San Nicolás, llevan a cabo los "Alféreces" en una de las
avenidas de la ciudad.
Este encuentro es un buen momento para disfrutar las bebidas clásicas:
Añapa y Aloja.
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